Al menos 23 personas han muerto y 715 han resultado heridas, entre ellas ocho periodistas, durante las protestas y manifestaciones registradas en Bolivia.
De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Defensoría del Pueblo de Bolivia, 19 hombres asesinados ya han sido identificados, sin embargo cuatro más permanecen sin ser reconocidos. Los heridos se dividen en 631 hombres y 84 mujeres.
Hasta ahora el enfrentamiento más sangriento fue el registrado en el puente Huayllani, cuando cocaleros simpatizantes de Evo Morales trataron de cruzarlo con dirección a Cochabamba, ciudad ubicada en el centro del país. En ese episodio fallecieron nueve personas, en el municipio de Sacaba. Entre los heridos también hay 56 policías, de acuerdo con el reporte de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
Las protestas comenzaron tras las elecciones generales del 23 de octubre, con vecinos y ciudadanos oponiéndose a la reelección de Morales, acusando fraude electoral y manifestándose en defensa del voto.
El 10 de noviembre observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) que auditaron la jornada electoral dieron a conocer un informe preliminar que establecía que encontraron irregularidades en los cuatro elementos revisados: tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas. Por ello, la OEA cuestionó los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que dio la victoria a Evo Morales en primera vuelta con el 47.08% de los votos. La OEA se pronunció en contra de la validez del proceso y recomendó convocar a nuevos comicios.
La presión social escaló entonces de tal forma que las fuerzas armadas recomendaron a Morales dimitir; el entonces mandatario renunció para evitar derramamiento de sangre y aceptó el asilo político ofrecido por el gobierno de México.
Más adelante la senadora Jeanine Áñez asumió la presidencia interina aplicando el principio de “sucesión constitucional” y concluyó un paro cívico al que habían convocado organizaciones de La Paz y Santa Cruz de la Sierra. Los simpatizantes de Morales han expresado su rechazo al gobierno de Áñez, lo que ha derivado en conflictos en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y otras regiones. Los enfrentamientos entre la población civil y operaciones coordinadas de la policía y el ejército han arrojado la cifra de muertos y heridos reportada hasta ahora por la CIDH.