Japón se prepara para afrontar el poder destructor del super tifón Hagibis, que se avecina como uno de los peores de su historia del país, donde operadores ferroviarios y aerolíneas han anunciado para este fin de semana una suspensión masiva de sus servicios.
Las dos mayores aerolíneas japonesas, ANA y JAL, anunciaron hoy la cancelación para este sábado de prácticamente todos sus vuelos internacionales y nacionales con salida o destino en los dos puertos aéreos de Tokio, y los de Nagoya (centro) y Osaka (oeste), excepto algunos programados para la madrugada y primera hora de la mañana.
Tampoco operarán los trenes de alta velocidad (Shinkansen) entre la capital y Nagoya, y el transporte ferroviario operado por las empresas del conglomerado Japan Railways (JR) en el área metropolitana de Tokio será totalmente suspendido de forma gradual desde primera hora de mañana hasta el mediodía del domingo.
Hagibis, el décimo noveno tifón de la temporada en el Pacífico, se aproxima al centro del archipiélago japonés a unos 25 kilómetros por hora y se espera que su influencia empiece a sentirse hoy mismo en el sudoeste del país, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
La agencia prevé que la tormenta, que arrastra rachas de viento de más de 210 kilómetros por hora, toque tierra la noche del sábado en la región de Chiba, al este de Tokio, donde todavía están presentes los estragos del paso a mediados de septiembre del tifón Faxai.
Las autoridades han alertado del riesgo de inundaciones, deslizamientos de tierra y accidentes derivados del desprendimiento o desplazamiento de objetos por los vientos huracanados.
Se espera que Hagibis, catalogado como “muy fuerte” (la segunda máxima categoría de intensidad de la JMA), avance desde el centro al noreste del país durante el fin de semana y que sus fuertes vientos y lluvias torrenciales afecten la zona norte hasta el próximo lunes.
La JMA ha advertido de que las lluvias provocadas por el tifón podrían alcanzar un volumen de 800 milímetros por metro cuadrado entre el sábado y el domingo en la región central de Tokai, y de 600 milímetros en la de Kanto, que incluye al área de Tokio.
El pronóstico de precipitaciones y la intensidad de esta tormenta están en línea con las del tifón Ida (denominado Kanogawa en Japón), que en 1958, cuando la preparación del país no era la actual, causó más de 1.200 muertos en la región de Kanto y el archipiélago de Izu.
Japón es el tercer país de Asia más propenso a los tifones y está preparado para el impacto de estas tormentas, sin embargo, una serie de factores hacen de Hagibis potencialmente peligroso.
Las nubes del tifón tienen una gran extensión, con un diámetro de influencia de vientos de unos 1.400 kilómetros, casi la mitad de la longitud del archipiélago nipón, lo que provocará que su influencia se note antes, que dure más y que afecte a áreas más amplias.
El previsto desembarco del tifón en Japón se producirá, además, de noche, cerca de Luna llena, cuando los niveles del mar están más altos de lo habitual. Esta combinación de marea alta, marejadas ciclónicas y la previsión de olas superiores a 10 metros de altura en algunos puntos de la costa entrañan mayor riesgo de inundaciones.
La agencia meteorológica cree que Hagibis podría debilitarse a medida que avanza hacia el archipiélago, pero ha pedido a la población que esté preparada para cualquier eventualidad.
La cautela de los residentes se notaba ya, en días precedentes, en supermercados y tiendas de la capital, donde los estantes de productos básicos como el agua o la comida preparada y otros productos industriales de caducidad tardía estaban vacíos.