Cuando los gritos de los trabajadores del Poder Judicial comenzaron a retumbar por las dos esquinas de la Calle de Moneda, el líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, dejó la puerta número 1, donde los militares no dejaban pasar a nadie y se dirigió a la número 3.

Ahí, Cervantes tocó sobre la madera y se acercó a una ventana troquelada para dirigirse a los vigilantes que custodiaban el acceso.

“Ya abran la puerta, déjenos pasar, ahí viene la protesta”, urgió el líder del CCE.

La verdad es que la protesta ya había llegado, en el momento en el que los vigilantes abrieron la puerta para dar paso a más de 50 CEOs de distintas empresas mexicanas y estadounidenses, un grupo de oficiales secretarios y trabajadores administrativos ya se habían colado y con unos megáfonos gritaban que el Poder Judicial no va a caer.

“No queremos ser la nueva Venezuela, por eso gritaremos hasta que les duela”, repetían mientras los directivos, quienes habían dejado sus camionetas Porsche, Cadillac Escalade, BMW, Mercedes Benz y Suburban en las inmediaciones de Palacio Nacional estacionadas o dando vueltas con chóferes y escoltas.

Los dirigentes empresariales llegaron a Palacio Nacional para sostener un encuentro con la Presidenta Claudia Sheinbaum, el primero de ella como titular del Ejecutivo federal para resolver, entre otras cosas, sus preocupaciones sobre la reforma al Poder Judicial que introduce la elección de jueces, magistrados y ministros.

El primer grupo de CEOs entró por la puerta tres, pero la manifestación retrasó la llegada de otros más, algunos llegaron caminando rodeados de sus escoltas, otros más acompañándose unos a otros, un poco desconcertados y con la mano en el teléfono, llamando a sus asistentes o al dirigente de su cámara de comercio o del CCE.

José de Jesús Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México, pedía que le llamaran al Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, para que abrieran la puerta y dejara pasar a un grupo de unos 15 directivos y empresarios, entre ellos Max El-Mann, director de Fibra Uno, quies es cercano al ex Canciller.

“Es simplemente una manifestación del Poder Judicial que tiene el derecho de hacerla. Nosotros como sector empresarial estamos buscando que las condiciones para ellos sean las mejores, pero sobre todo para la justicia de nuestro País”, indicó Rodríguez mientras iba de una puerta a otra.

¿Circunstancias como ésta inhiben la inversión?, se le preguntó.

“Desde luego, pero hoy creo que vamos a recibir buenas noticias y vamos a trabajar en ello, en tener las mejores noticias para nuestro País”, confió.

Rodríguez, El-Mann y otros empresarios tuvieron que caminar hasta Correo Mayor donde ya los esperaba Francisco Cervantes, quien los condujo por esa calle hasta uno de los accesos del estacionamiento, porque la protesta ya había llegado y tocaba las Puertas de Palacio.