Viena.- La OPEP ha corregido este martes a la baja y con fuerza sus cálculos sobre la dimensión del desplome de la demanda mundial de petróleo causado por el coronavirus en todo 2020, al estimarlo ahora en un 9.1 %, frente al 6.87 % pronosticado hace un mes.

El mundo, en gran parte paralizado para frenar la expansión de la COVID-19, consumirá este año una media de 90.59 millones de barriles diarios (mbd), 9.07 mbd menos que los casi 100 mbd quemados en 2019, vaticinó la Organización de Países Exportadores de Petróleo(OPEP) en su informe mensual publicado hoy en Viena. 
Más pronunciada aún, del 17.26 %, es la caída interanual en el actual trimestre, cuando el consumo queda en 81.30 mbd, es decir, menos de 17 mbd frente a los 98.56 mbd del mismo periodo del año pasado y 5.40 mbd inferior a lo pronosticado en el informe anterior.

Este inédito desplome en la demanda coincidió con una fuerte subida de la oferta en abril, que exacerbó el exceso de suministros y la precipitación de los “petroprecios”, con la amenaza de saturar la capacidad de almacenamiento para el “oro negro”. Esta situación fue especialmente aguda en Estados Unidos, donde el petróleo intermedio de Texas (WTI) entró puntualmente en terreno negativo por primera vez en la historia, al vencerse en abril los contratos para entrega en mayo.

En todo el mes pasado, el barril del WTI se vendió a una media de 16.26 dólares, un 45.2 % menos que en marzo, mientras que el Brent, el de referencia en Europa, cayó un 21 %, al promediar los 26.62 dólares, y el de la OPEP descendió a su precio mensual más bajo desde diciembre de 2001, al cotizar a 16.26 dólares, un 48 % menos que el mes anterior. 
No obstante, si en el informe anterior se advertía de importantes riesgos a la baja que podían empeorar los pronósticos, esta vez la OPEP se muestra más optimista y ve la luz al final del túnel en el segundo semestre del año.

“La contracción de la demanda en 2020 puede mitigarse con una disminución más rápida de lo previsto de las medidas gubernamentales relacionadas con el COVID-19, y una respuesta más rápida del crecimiento económico a la extraordinarios paquetes de estímulo”, indica el documento. 
El panorama presentado a partir de julio es de un consumo de 92.28 mbd que llegaría hasta 96.30 mbd en el último trimestre. Un mayor reequilibrio del mercado se logrará, además, gracias al recorte de los países de la OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, de 9.7 mbd y que ha entrado en vigor este mes.

A ellos se añaden otras reducciones “voluntarias e involuntarias”, forzadas éstas últimas por la falta de demanda o lugar de almacenamiento o porque los bajos precios no cubren los costes de producción. En total, la OPEP calcula que más de 14 mbd dejarán de bombearse este año en todo el planeta.