Por primera vez en seis años, el déficit en el comercio internacional de bienes y servicios de Estados Unidos se redujo en 2019, un 1.7 por ciento, debido al descenso tanto de las importaciones como de las exportaciones en medio de la guerra arancelaria y el menor crecimiento global.
El desequilibrio comercial acumulado en todo el ejercicio, de 616 mil 800 millones de dólares, es el menor registrado desde 2013.
En su informe, divulgado este miércoles, el Departamento de Comercio indicó que en el año pasado las exportaciones estadounidenses bajaron un 0.1 por ciento, hasta los 2.5 billones de dólares; mientras que las importaciones se redujeron un 1.4 por ciento, hasta los 3.1 billones de dólares.
Aunque en 2019 el déficit total se redujo, en diciembre el déficit creció un 12 por ciento, hasta los 48 mil 900 millones de dólares
El gran causante del descenso del pasado año fue la reducción en el desequilibrio comercial en bienes con China, que se contrajo un 17.6 por ciento hasta los 345 mil 600 millones de dólares, con caídas tanto en las importaciones (16.2 por ciento) como en las exportaciones (11.3 por ciento).
El dato se conoce después de que en enero el presidente Donald Trump, quien llegó a la Casa Blanca en 2017 con una agresiva agenda de proteccionismo económico, sellara como una victoria la “primera fase” del pacto con China, con el que se busca rebajar las tensiones comerciales entre las dos grandes potencias mundiales.
“La guerra comercial se ha llevado una buena parte del déficit comercial con China”, dijo Ward McCarthy, economista financiero jefe de la consultora Jefferies LLC.
La disputa entre las dos mayores economías mundiales tiene consecuencias más allá de sus fronteras, y ambas han visto reducido su ritmo de crecimiento en los últimos meses.
La economía de EE.UU. se ralentizó en 2019 a un ritmo anual del 2.3 por ciento frente al 2.9 por ciento de 2018.
Por su parte, el Producto Interno Bruto (PIB) de China subió un 6 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2019, la peor cifra trimestral desde marzo de 1992, cuando se comenzaron a registrar oficialmente estos datos en el gigante asiático.
Asimismo, Trump logró concretar a comienzos de este año otra de sus grandes promesas: la firma del nuevo acuerdo T-MEC, que sustituye al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica con México y Canadá.
No obstante, el déficit comercial con México en 2019 alcanzó un récord histórico de 101.800 millones de dólares, 21.100 más que el pasado año.
Pese a las promesas del mandatario de reequilibrar el déficit que, a su juicio, responde al trato injusto que le dan sus socios comerciales, ascendió hasta 2018 para registrar un récord histórico.
De hecho, los economistas consideran que la balanza comercial no es un indicador significativo de la salud económica de un país.
Estados Unidos, como primera economía mundial, suele ver cómo aumentan históricamente los déficit durante las épocas de bonanza al incrementar el apetito de los estadounidenses por las importaciones.
En sus últimas previsiones, dadas a conocer el Foro Económico Global de Davos el pasado mes, el Fondo Monetario Internacional (FMI), anticipó una profundización en la moderación del crecimiento para EE.UU.: del 2 por ciento en 2020 frente al 2.3 por ciento estimado para 2019, que se reducirá aún más en 2021, hasta el 1.7 por ciento.
Los números de China, pese a la desaceleración constatada por el FMI, están lejos de los del resto de países: crecerá un 6 por ciento en 2020 y un 5.8 por ciento en 2021. Aún así, continuará su tendencia decreciente, que ya hizo que en 2019 su actividad se expandiera un 6.1 por ciento, la tasa más baja desde 1990.