En una audiencia de apenas diez minutos ante un juez federal en Dallas, Texas, Genaro García Luna, por primera vez con uniforme de presidiario, se negó a declarar.

El exsecretario de Seguridad Pública será trasladado en los próximos días a la Corte Federal de Brooklyn en Nueva York, la misma corte que juzgó a Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Vestido con un overol de color naranja fosforescente, esposado de las manos a la cintura, rodeado de cuatro oficiales del US Marshall fuertemente armados, y acompañado por su abogada, Genaro García Luna, se presentó ante el juez David Haron de la Corte federal del Distrito Norte de Texas, minutos después de la una de la tarde.

Tras un acuerdo por parte de la fiscalía y la defensa, y tras ceder su derecho constitucional de una audiencia de extradición, el juez le pregunto al exfuncionario mexicano si entendía lo que esta decisión representaba. Él contestó en español: “Si, señor. Lo entiendo”.

El juez Haron ordenó su traslado a la brevedad posible, para enfrentar ante el distrito federal del este de Nueva York, los cuatro cargos de narcotráfico, lavado de dinero, soborno y falsedad de declaraciones, que se le imputan al jefe de la seguridad pública mexicana en el gobierno de Felipe Calderón, que a partir de ese momento sería en las próximas 48 horas.

Así se despidió de su familia
En la audiencia estuvieron la esposa e hijos de García Luna, mismos que no pudieron hablar con él. Sin embargo, al final de la audiencia, tuvieron contacto visual como una forma de despedida. Al salir, se negaron a hablar con la prensa.

Aquí en México, las autoridades federales informaron que están reuniendo los expedientes laborales de los funcionarios que trabajaron con García Luna.

“Vamos por aquellos que realmente hayan formado parte de red de complicidades, de una red de protección política. Estamos trabajando en ese proceso, revisando todas las bases de datos del personal, sus hojas de servicio. No se lastimará el derrocho de ninguna persona”, expuso Alfonso Durazo.