Ciudad de México.- Por unanimidad, con 76 votos, el Pleno del Senado aprobó una reforma para plasmar en la Constitución la prohibición de los matrimonios infantiles que aún se llevan a cabo en comunidades indígenas. 

Conforme al dictamen aprobado, los senadores reformaron la fracción II del apartado A, del artículo 2 para incorporar la prohibición de los usos y costumbres.

“Aplicar su propios sistemas normativos en la regulación y solución de sus conflictos internos, sujetándose a los principios generales de esta Constitución, respetando las garantías individuales, los derechos humanos y, de manera, relevante, la dignidad e integridad de las mujeres y el interés superior de niñas, niños y adolescentes, sin que pueda justificarse práctica en contrario por el ejercicio de sus usos y costumbres”, se lee en la adición introducida.

“Vamos a aprobarla por unanimidad, sin cuestionarla (…). Ahorita sí vamos juntas y juntos, pero ha habido ocasiones en que se oponen a que los derechos lleguen a las familias y a las niñas y niños de México”, observó la morenista Lilia Margarita Valdez.

Por el PAN, Josefina Vázquez Mota recordó que México ocupa uno de los primeros ocho lugares del mundo de matrimonio forzado infantil.

“Es consecuencia de los abusos y del no reconocimiento en niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos, sino de una mirada patrimonialista en donde se comercia con sus vidas”, dijo.

La excandidata presidencial afirmó que se requería de la participación de todo el Estado mexicano, así como un cambio cultural para acabar con esta impunidad.

La petista Geovanna Bañuelos explicó que con el dictamen de reforma constitucional se precisa que se deben proteger a niñas, niños y adolescentes para evitar que con los usos y costumbres sean utilizados como pretextos para la unión en matrimonios.

“El dictamen precisa para que ningún uso y costumbre esté por encima de los derechos de las niñas, niños y adolescentes”, expresó.

La reforma todavía tiene que pasar por su aprobación en la Cámara de Diputados y después, al menos, en más de la mitad de los 32 congresos estatales.