El gobierno federal presentó su plan para entrar a la “nueva normalidad” que comenzará el 1 de junio y contempla un semáforo que determinará si la sociedad puede retornar al trabajo, a la escuela y eventos sociales, mientras que la minería, la construcción y la fabricación de transporte serán consideradas actividades esenciales.

Al respecto, especialistas consideran que es necesario aplicar más pruebas reactivas a fin de evitar un rebrote de contagios. Alejandro Macías, infectólogo, excomisionado para la atención de la influenza en 2009 y actual integrante de la comisión de la UNAM para la atención del coronavirus, advirtió que la epidemia por Covid-19 aún se encuentra en la fase más crítica y antes de levantar el confinamiento se deben realizar más pruebas de laboratorio para prevenir nuevos casos.

“El regreso a la normalidad tiene aspectos positivos, como al menos se mencionó en el discurso, que se van a privilegiar la vida y la salud de las personas; sin embargo, me parece que es difícil que ya hayamos llegado a un pico.

El riesgo de no hacer pruebas y querer volver a la normalidad es que haya brotes no sólo en la comunidad, sino en las propias industrias, como pasó en la de la carne en Estados Unidos”, dijo.

Enfatizó que el riesgo de que la enfermedad reaparezca en los lugares donde parece haber sido controlada es muy alto, puesto que el virus no infecta durante la primera oleada a 100% de la población, por lo que lo más natural es que el Covid-19 se vaya y regrese a los mismos sitios, particularmente si hay un descuido por parte de la sociedad y de las autoridades sanitarias. 

“El gobierno debe tener un plan; se esbozó uno, creo que lo que sigue faltando es cuál será la coordinación de los gobiernos locales y regionales con el federal. Algo que sigo sin ver es cómo se va a hacer un mejor muestreo para tener mejor información de las distintas áreas del país, me refiero a muestreo por pruebas de laboratorio para determinar que podemos volver [a la normalidad], hacerlo con más seguridad”.

Aunque reconoció que es imposible que se aplique una prueba a todas las personas que retornarán a sus actividades, llamó a las autoridades a que se mantenga una vigilancia muy estricta que permita que cuando alguien tenga síntomas, de inmediato pueda ser aislado, al igual que a sus contactos.

“Creo que no puede mantenerse esa lógica de hacer tan poquitas pruebas, no se puede defender que México sea uno de los países que menos pruebas ha hecho y sigue haciendo, creo que debemos hacer más. ¿Cuántas?, lo suficiente para poder muestrear a los que tengan síntomas y deban trabajar, y a sus contactos que inicien con síntomas”. 


A parecer de Rafael Lozano, investigador del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, aplicar pruebas contribuye a salvar vidas y no se puede llevar a cabo el desconfinamiento si el número de personas estudiadas no aumenta.

“Es necesario tener un diagnóstico oportuno para poder identificar a la población que requiere aislamiento y tratamiento, aunque se atienda de manera ambulatoria, porque tener sólo pruebas de personas que tuvieron síntomas graves o fueron hospitalizadas no permitirá que se planeé la fase del desconfinamiento de todos aquellos que se cuidaron y permanecieron en casa”. Destacó que las pruebas para Covid-19 en el país están muy por debajo de las infecciones estimadas en la mayoría de las entidades, y de no aumentar esta cifra, la trayectoria de la epidemia podría empeorar en las más afectadas hasta ahora. 


“Se debe atender el tema de las pruebas reactivas y ser muy cuidadosos con el levantamiento de la cuarentena. Si se hace de manera precipitada, no hay razón para pensar que no habrá una propagación exponencial, además es necesario aumentar la tasa de pruebas, deberían esperar al menos una quincena después de que no se reporten fallecimientos para relajar la cuarentena.

“Las proyecciones indican que la Ciudad de México, seguida de Baja California, podrían ser las entidades en tener la mayor cifra de muertes acumuladas por Covid-19 en todo el territorio nacional”, señaló. Rodolfo de la Torre, director de Desarrollo Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, dijo que antes de levantar la Jornada Nacional de Sana Distancia es necesario que el gobierno federal mejore la información en cuanto al número de contagios, fallecidos y que crezca la aplicación de pruebas diagnósticas.


“La información debe ser más transparente, no pueden cambiar de modelo de vigilancia de un día a otro, y luego soltarnos los tres con los que se sigue la trayectoria de la epidemia.

Tampoco se puede pensar en un regreso sin hacer más pruebas, sobre todo en aquellas personas que trabajan en multitudes, sólo así se podría hacer un filtro y evitar contagios masivos que derivarían en rebrotes”. El investigador hizo un llamado a que se consideren las sugerencias de la academia y de expertos.

“El gobierno se está precipitando en el regreso a la normalidad, ojalá tomara en cuenta sugerencias de académicos, epidemiólogos y las aplique en su plan.

No es reactivar la economía porque sí, hay que elaborar una estrategia que cuide la salud de los mexicanos, porque un rebrote en el número de casos sería peor que lo que ya estamos viviendo”.