IRAPUATO, México — Entre ofrecimientos del oficialismo a dar continuidad al proyecto político de Andrés Manuel López Obrador y llamados de la oposición a no resignarse ante el avance de la criminalidad, México arrancó el viernes la campaña para las elecciones más grandes de su historia, que podrían llevar por primera vez a una mujer a la presidencia.
Aunque los actos para promocionar a los candidatos comenzaron hace meses, la campaña electoral que se inició el viernes y se extenderá por 90 días, marca la recta final para los comicios del 2 de junio en los que se elegirán más de 20.000 cargos federales y locales, además de la presidencia, ocho gobernaturas y al alcalde de la Ciudad de México, 500 diputados y 128 senadores.
Mientras que la candidata del partido gobernante Morena, Claudia Sheinbaum, convocó una concentración en la plaza principal de la Ciudad de México, donde fue alcaldesa durante cinco años, los opositores Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez organizaron eventos en ciudades del centro y el noroeste del país azotadas por la violencia.
Bajo la consigna “México sin miedo”, la exsenadora Gálvez inició su campaña en la ciudad central de Fresnillo, en el estado de Zacatecas, donde la cruenta lucha territorial entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación ha dejado decenas muertos y una estela de terror entre los residentes.
Acompañada por varios cientos de personas que llevaban velas encendidas y gritaban “¡Xóchitl, presidenta!”, la ingeniera y empresaria, de 61 años, caminó en plena noche por algunas de las peligrosas calles de la ciudad, de unos 240.000 habitantes, y abrazó a una mujer que lloraba por un familiar desaparecido.
Gálvez prometió mano dura para enfrentar a los grupos criminales, se comprometió a dar prioridad a las víctimas de la violencia y a los familiares de los desaparecidos, a fortalecer la policía y a la “desmilitarización” del país, y a sacar a soldados y marinos de las actividades civiles en una clara oposición a las políticas de López Obrador.
“Se acabaron los abrazos a los criminales. Se les aplicará la ley”, dijo en alusión a la frase de “abrazos, no balazos” que usa el mandatario para explicar su política de seguridad, orientada a atender las causas de violencia más que al ataque frontal a los agresores.
Gálvez acusó además a Sheinbaum de ser “indiferente ante el dolor ajeno y fría ante las tragedias” y de apoyar la continuidad de un gobierno que “ha normalizado la violencia y quiere que nos acostumbremos a la barbarie”.
La opositora incluyó a Estados Unidos en sus propuestas de seguridad y manifestó que estaba dispuesta a promover una agencia binacional de aduanas y a imponer mayores controles para frenar la importación de armas desde el país vecino.
Con ese evento, la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México — formada por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Revolución Democrática (PRD) — busca dejar claro que una de las banderas de su campaña será atacar la violencia, uno de los flancos más cuestionados del sexenio de López Obrador, afirmó Roy Campos, presidente de la empresa de sondeos de opinión pública Consulta-Mitofsky.
México cerró 2023 con alrededor de 30.000 asesinatos, consolidando la tendencia de unos últimos años con cifras similares, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. El gobierno sostiene que el promedio diario de asesinatos cayó a 81 el año pasado, por debajo de la media de 91 de 2022.
Preguntada por The Associated Press acerca de los desafíos de la campaña, Gálvez admitió que el reto está en que “tengo a dos candidatos: el candidato presidente y la candidata oficial”.
La opositora suele acusar a López Obrador, cuya popularidad ronda el 60%, de utilizar su posición y sus conferencias de prensa diarias para atacar a sus adversarios e impulsar Sheinbaum, algo que el mandatario ha rechazado. “Por respeto a su candidata, a la democracia y al pueblo, saque ya las manos de esta elección”, exigió Gálvez.
Pese a ir abajo en las encuestas, se muestra confiada y asegura que su mayor ventaja es que “no tengo que estar validando las políticas del presidente”. Pero su relación con los antiguos y cuestionados PAN, PRI y PRD podría pesar en su contra y restarle votos, reconoció Campos.
En su primer día de campaña, Gálvez visitará también las ciudades centrales de Aguascalientes e Irapuato, golpeadas también por los choqus entre bandas delictivas y cárteles.
A horas de la llegada de la opositora a Irapuato, estado de Guanajuato, entre sus habitantes hay expectativa sobre el arranque de la campaña.
María Bermúdez, de 21 años, aguardaba en una plaza la apertura de una tienda y manifestó que tiene dudas de que se puedan dar cambios en México con la llegada de una mujer a la presidencia. Cree que alrededor del 30% de la población aún mantiene actitudes machistas. “Siempre va a ser así. Igual que el racismo, es algo muy difícil de cambiar”, agregó.
Una postura similar expresó Armando Fernández, un empleado gubernamental de 61 años: “Me parece que con la problemática de violencia que hay en Guanajuato, si ya con un hombre se salía de las manos, imagínese con una mujer”.
Pero Alejandro Zárate se mostró más optimista e indicó que México sí está preparado para ser gobernado por una mujer y dijo que confiaba en que la ganadora sea Sheinbaum. “Hay un abismo de diferencia. Claudia está muy preparada. La otra, Gálvez, es un payaso, un circo”, opinó.
Sheinbaum, quien según las encuestas aventaja a sus rivales en más de 20 puntos, adelantó en la víspera que en su mitin en el Zócalo presentará 100 propuestas para impulsar el “segundo piso de la transformación” y dar continuidad al proyecto de López Obrador, conocido como la “Cuarta Transformación”.
“Somos la inmensa mayoría quienes defendemos y anhelamos que siga la transformación, que no haya marcha atrás en los logros alcanzados”, aseguró la científica, de 61 años, que entre sus propuestas mencionó la austeridad y la disciplina financiera, la honestidad, la soberanía energética y alimentaria, la restauración del medio ambiente, la consolidación de los proyectos estratégicos y el fortalecimiento de la seguridad y de la inversión privada local y extranjera.
A diferencia de sus rivales, Sheinbaum se ha mostrado “menos disruptiva” y más orientada a defender la unidad dentro de Morena,y ha dejado el “trabajo sucio” de atacar sus adversarios en manos de López Obrador, expresó Campos.
El analista indicó que, aunque no espera cambios en la estrategia de campaña, la evaluación negativa de los gobernadores oficialistas de Chiapas, Tabasco, Puebla, Morelos o Veracruz — en disputa en los comicios — podría llevar a Sheinbaum a hacer algunos ajustes.
Por su parte, Álvarez Máynez, dirigente del partido opositor minoritario Movimiento Ciudadano, comenzará su campaña en Lagos de Moreno, uno de los 50 municipios con mayor incidencia delictiva del país y el más violento del estado noroccidental de Jalisco.
Frente a rivales que llevan meses en campaña, el político, de 38 años, entró a la carrera presidencial a principios de año tras el abandono en diciembre de Samuel García, gobernador de Nuevo León y dirigente de la formación, por una pugna con adversarios locales.
Aunque algunos señalan su poca experiencia política y sus escasas posibilidades de ganar, Álvarez Máynez dijo a la AP que confía en que dará una sorpresa y logrará “darle la vuelta al marcador”.
“Yo no he hecho un solo día de campaña y esta contienda va a cambiar de guion a partir de que salgamos el primero de marzo”, afirmó el exdiputado, que apuntó que su objetivo es llegar a los votantes jóvenes. “Represento lo nuevo y tengo una trayectoria intachable y de honestidad, y ellas representan el pasado”.