En México, cerca de medio millón de adolescentes mencionó usar cigarros electrónicos, mientras que 1.3 millones de adultos se declararon también usuarios.

Ciudad de México.– A mediados de 2022, la comercialización de cigarros electrónicos y vapeadores fue prohibida en el país; sin embargo, ese mismo año, alrededor de 1.8 millones de mexicanos se declararon consumidores de estos productos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2022.

En México, cerca de medio millón de adolescentes mencionó usar cigarros electrónicos, mientras que 1.3 millones de adultos se declararon también usuarios, arrojan los recientes resultados de la encuesta.

Si bien el documento acota que es necesario considerar el impacto de medidas como la prohibición de vapeadores, la restricción a la publicidad del tabaco y hasta la imposición de espacios públicos totalmente libres de humo a partir de este año, la realidad es que la población fumadora de tabaco tradicional o cigarros electrónicos aumenta cada año.

En el caso de la población adolescente, 4.6 por ciento de los consultados reportó fumar actualmente, dato mayor al 3.7 por ciento del informe de 2022.

Entre la población adulta, es decir, mayores a 20 años, la proporción de fumadores pasó de 17.8 a 19.5 por ciento, detalla la Ensanut.

Desde el año pasado, la comercialización de cigarros electrónicos fue prohibida en México, mientras que en enero pasado se impidió la exhibición de cigarrillos en puntos de venta, así como fumar en cualquier espacio público abierto.

Sin embargo, ambas medidas han sido libradas por la informalidad.

De acuerdo con datos de la Alianza Nacional de Pequeños Comercios (Anpec), en el primer semestre de este año, 36 por ciento de misceláneas del País ha recibido ofertas de comerciar con cigarros del mercado negro y de cada 10 cigarros que se comercializan dos pertenecen al mercado ilegal.

Para Juan José Cirón Lee, presidente de la organización México y el Mundo Vapeando, los últimos datos de Ensanut muestran que las políticas de salud enfocadas a las restricciones no están impactando en un menor consumo de tabaco quemado.

“En un país como México sólo se busca la estigmatización y restricción, se trata de prohibir todos los dispositivos que son alternativos y tenemos un factor muy especial, que la idea de hacer cumplir la ley no la tienen ni los gobernantes ni los gobernados”, aseguró el especialista.

Además, cuestionó que sin la recaudación de impuestos especiales por tabaco labrado, la Federación se quedaría sin una participación importante de ingresos.

“El IEPS de cigarros está más o menos en 160 por ciento, por una cajetilla que cuesta 70 pesos, en realidad la tabacalera y los intermediarios están recibiendo 20 ó 25 pesos”, manifestó.