Los incendios año con año en el Nevado de Toluca, deriva en grandes afectaciones pues esta zona representa el control de microclimas, es un área de recarga de acuíferos y de captura de carbono. En este sentido debe ser prioridad de los gobiernos la aplicación de un programas de protección, consideró Luz María Gómez Ordoñez, presidenta del Movimiento Ecologista de México.

Asimismo, comentó que el incendio que aún no se controla en el Nevado de Toluca repercutirá en el daño a la vegetación arbolaría y la recuperación del suelo, pues su restauración llevará de 5 a 10 años y de continuar será más severa, siempre y cuando haya los cuidados de protección.

La ambientalista cuestionó la eficacia de su actual denominación como zona protegida, pues refirió que hasta antes del 2013 estaba clasificado como Parque Nacional. Sin embargo, un estudio de 2010 concluyó que un total 53 mil 590 hectáreas que abarcan a 10 municipios, presentaban tala, incendios y avance de las actividades agrícolas.

De esta forma cambió a categoría de área natural protegida. Posteriormente, añadió, en 2016, fue publicado un programa de manejo, donde se hizo la zonificación como área de protección de flora y fauna, donde sólo el 4%, es decir, mil 941 hectáreas de las más de 53 mil, se determinó como área de restricción para hacer fogatas, cortar árboles, pero, esto, añadió, apenas representa el cráter y una zona pastizales de montaña.

Explicó que, en 2016, en el 96% de la superficie del área de protección de flora y fauna se permitió actividades agropecuarias, y habitacionales. Hay una desorganización pues no existe claridad sobre la autoridad que determina las actividades que se desarrollan, quién autoriza, quién supervisa.

De ahí que lamentó que año con año haya incendios en pastizales, que al parecer son provocados, muchas veces por los campesinos y con ello tengan mayor producción agropecuaria, sin embargo, dijo, se está afectando el área arbolada.

La ambientalista criticó la falta de coordinación entre autoridades estatales y municipales en la aplicación de programas efectivos de prevención de incendios, de tala y del avance de la mancha urbana. El cambio de categoría no sirvió, sigue la misma anarquía, advirtió.

Destacó también que no hay acercamientos con la población que habita los ejidos, donde los campesinos han sido abandonados pues se mantienen de cultivo de maíz, papa y ganadería extensiva, hace falta el plan de restricción de actividades, criticó.