El acuerdo establecido con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en el que México debió establecer un convenio secundario con Estados Unidos para reducir la producción de crudo y contribuir a mejorar los precios de ese insumo, podría traer ciertos beneficios para el país.

Sin embargo, persisten algunas dudas sobre los efectos que tendrá la intervención del gobierno norteamericano, manifestó la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados.

En tanto, la bancada del del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en San Lázaro, coincidió en que las negociaciones en la OPEP para frenar la caída en los precios del petróleo fueron históricas.

No obstante, el costo para México fue el “venderse” al gobierno del presidente Donald Trump, advirtió la bancada en la Cámara de Diputados. Por separado, los diputados del tricolor manifestaron que para México será conveniente que mejore el precio del barril de crudo, sin que la producción nacional se reduzca significativamente, ya que solo se dejarán de producir 100 mil barriles de crudo diarios, por lo que las finanzas de PEMEX y del país tendían “un respiro”.

No obstante, no se tiene certeza sobre los efectos del recorte adicional a la producción en el territorio estadounidense, ni tampoco sobre la forma, el tiempo y el precio en que México deberá pagarle al país vecino. “Es necesario destacar que el alza de precios esperada por el acuerdo, podría significar que México adquiera una deuda onerosa e incierta hacia adelante”, apuntaron.

Otro elemento de incertidumbre, añadieron, radica en el plazo de dos años en el convenio para reducir la producción petrolera, mientras que el gobierno mexicano ha señalado que el recorte local será solo por lo que resta de 2020. De igual modo, no se sabe qué efecto tendrá en la OPEP la actitud asumida por el Gobierno de México, a través de la titular de la Secretaría de Energía (SENER), Rocío Nahle, quien recibió algunas críticas por parte de analistas extranjeros e incluso fue señalada por poner en riesgo las charlas.

Otra desventaja, dijeron, radica en que el repunte en los precios no logrará cubrir las metas establecidas en el paquete económico 2020, en el que se calculó una plataforma de producción de 1.9 millones de barriles diarios y un precio promedio de 49 dólares por unidad. Asimismo, habrá aumentos en el precio de las gasolinas y el diésel, lo que podría afectar más la economía nacional, en el marco de la emergencia nacional por el coronavirus.

En consecuencia, los diputados federales priístas pidieron al Ejecutivo complementar los acuerdos petroleros con la reducción del Impuesto Especial aplicable a combustibles, para que el incremento en el precio no impacte tan drásticamente a la economía familiar. Por la bancada perredista, la diputada Mónica Almeida calificó como “histórico” pero insuficiente la decisión de la OPEP, ya que el recorte a la producción es “demasiado pequeño” y no podrá impedir que haya alteraciones en la capacidad de almacenamiento.

“Es poco probable que el acuerdo resuelva la crisis de la demanda. La reducción acordada en la producción representa sólo alrededor del 10 por ciento del suministro normal de petróleo del mundo, muy por debajo de las estimaciones de cuánta demanda de petróleo se ha derrumbado en medio de la pandemia del coronavirus”, indicó la diputada Mónica Almeida.

También planteó críticas a la actuación de la secretaria Nahle, de quien dijo, mostró la “obsesión” del Ejecutivo Federal por “subyugar” la política energética a una ideología particular. Recordó que en 2019 la producción de PEMEX cayó en 7.44 por ciento en comparación con 2019.

También fue un error, dijo la legisladora del Sol Azteca, haber amarrado la decisión de reducir la producción petrolera al gobierno norteamericano, lo que deja a México a disposición de lo que decida el Presidente Donald Trump, sobre el modo y fecha para realizar el “pago” correspondiente.