Nuevo Laredo.- Cuatro militares detenidos por acusación de homicidio contra cinco jóvenes ocurrida el 26 de febrero de 2023 en Nuevo Laredo fueron excarcelados hoy al retirarles el juez de Distrito la prisión preventiva oficiosa y podrán seguir el juicio en libertad, informó Edgar Netro Acuña, abogado defensor de los jóvenes afectados.
El 26 de febrero de 2023, militares que iban en convoy balearon por error una camioneta donde viajaban siete jóvenes rumbo a sus domicilios, en Nuevo Laredo. Cinco de ellos resultaron muertos por los disparos, otro quedó herido y uno ileso pero con daño psicológico al presenciar la agonía de su hermano.
Este hecho tuvo repercusiones internacionales debido a las protestas de familiares y amigos de las víctimas, quienes agredieron a los soldados que acordonaban la escena del crimen. Los militares respondieron disparando contra la multitud, lo que llevó a demandas y juicios que aún están en proceso.
Netro Acuña lamentó que el lunes, durante una audiencia virtual del proceso en un Juzgado de Distrito de Reynosa, el juez federal revocara la prisión preventiva oficiosa que enfrentaban los procesados desde noviembre de 2023.
Los soldados estaban recluidos en el Campo Militar Número Uno, ubicado en la alcaldía de Miguel Hidalgo. Netro Acuña explicó que la defensa de los militares solicitó una revisión de las medidas cautelares que otro juez había impuesto por su involucramiento en otro proceso por desacato y desobediencia militar, caso del cual fueron absueltos.
“Durante la audiencia, el juez decidió revocar la prisión preventiva oficiosa justificada y permitir que los militares enfrenten el proceso en libertad, bajo estrictas condiciones”, explicó.
Los militares, con el rango de cabo en el 16 Regimiento de Caballería Motorizada con sede en Nuevo Laredo, que fueron beneficiados por el juez fueron identificados como Juan Carlos “N”, Jorge “N”, Bernardo “N” y Agustín “N”.
El abogado Netro Acuña indicó que los militares serán sometidos a vigilancia aleatoria por parte de la Guardia Nacional, tienen permitido acercarse a los familiares de las víctimas y testigos del caso. También deberán presentarse cada sábado en la dirección del Campo Militar Número Uno para firmar, estarán obligados a residir en el mismo campo y se les prohíbe salir de la Ciudad de México.
“Este cambio no implica que los acusados sean inocentes o que no puedan ser nuevamente privados de su libertad si se demuestra su culpabilidad”, detalló Netro Acuña. “Si violan alguna de las medidas impuestas, la prisión preventiva justificada podría ser restablecida”, añadió.
El abogado recordó que en otros casos, algunos soldados acusados han aprovechado la no detención para desertar y huir, lo que ha detenido el proceso penal hasta su captura.
“Existe el riesgo latente de una fuga en este caso, dado que los militares enfrentan cargos de homicidio calificado y homicidio grave en grado de tentativa, acusaciones extremadamente graves”, afirmó.
Netro Acuña se mostró inconforme con la resolución del juez de retirar la prisión preventiva, ya que argumentó que vulnera los derechos humanos de los militares. Sostuvo que el juez no consideró que los derechos humanos de los jóvenes fueron vulnerados y que es muy evidente el riesgo de que los cuatro soldados cabos puedan huir y descuidar el proceso.
La masacre de los jóvenes ocurrió en las calles de Méndez y Huasteca, de la Colonia Manuel Cavazos Lerma, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Cinco de ellos perdieron la vida debido al error de los militares bajo el mando del capitán Elio Conde Toledano.
En las diligencias ministeriales, el fiscal federal encontró que los jóvenes no estaban armados y los identificó plenamente. Se llamaban Gustavo Ángel Suárez Castillo, Gustavo Pérez Benítez, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez y Alejandro Trujillo Rocha.
Entre los sobrevivientes, Luis Gerardo resultó gravemente herido y Alejandro Pérez Benítez salió ileso. Alejandro presenció cómo herían a su hermano y cómo murió desangrado, ya que los militares acordonaron la zona ese día y no permitieron que nadie se acercara. Alejandro aún sufre secuelas psicológicas.