Ciudad de México.- Los defensores de las corridas de toros celebraron ayer el regreso de las actividades taurinas a la capital mexicana luego de más de año y medio de suspensión.

La reanudación de las corridas en la Plaza México, la mayor del mundo, ha suscitado gran expectativa ante la batalla legal que mantienen los defensores de los animales para que cese la centenaria tradición, y las protestas que convocadas por diferentes organizaciones.

En un nuevo intento por tratar de detener la llamada “fiesta brava” en la capital mexicana la asociación civil “Todas y todos por amor a los toros” introdujo el viernes un recurso de amparo en el Poder Judicial de la Federación contra las corridas alegando que esa actividad atenta contra el “bienestar animal” y representan un “agravio” al derecho humano a un medioambiente sano.

Aunque la acción judicial no afectó el evento de ayer, entre los seguidores de las corridas existe el temor de que pueda venir una nueva paralización del espectáculo taurino, tal como ocurrió en los últimos dos años.

En mayo del 2022 un juzgado local ordenó el cese de las actividades taurinas en la Plaza México tras un amparo que presentó la organización civil local “Justicia justa”, que defiende los derechos humanos. 

La medida cautelar estuvo vigente hasta diciembre pasado cuando la Suprema Corte de Justicia revocó la suspensión mientras se discute sobre el fondo del caso y se decide si las corridas afectan el bienestar animal.

Alterno a la batalla legal, algunas organizaciones locales realizaron una marcha en el centro de la Ciudad de México y protestas en los alrededores de la Plaza México en rechazo a la reanudación de las corridas.

En los últimos años los grupos defensores de los animales han ido ganando terrero en México mientras los seguidores de las corridas han sufrido varios reveses. Aunque en buena parte del país se permiten los espectáculos taurinos, en algunos estados como Sinaloa, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y la ciudad de Guadalajara, están limitados por medidas judiciales.

Los ganaderos, empresarios y seguidores de la “fiesta brava” sostienen que la prohibición de las corridas afecta sus derechos y pone en riesgo los empleados de varios miles de trabajadores que viven de una industria que genera en México unos 400 millones de dólares al año. 

De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Criadores del Toro de Lidia en México, la actividad taurina genera 80 mil puestos de trabajo directos y otros 146 mil empleos indirectos.

Para hacer frente al avance de los animalistas, la Asociación Mexicana de Tauromaquia ha impulsado en los últimos años diferentes eventos y talleres para promover las corridas y acercarse a los jóvenes, creando así nuevos aficionados al espectáculo taurino que tiene casi cinco siglos de historia.