De las 6 mil 961 personas en prisión preventiva que hay en la Ciudad de México, sólo mil 862 se inscribieron en la lista nominal para votar desde la cárcel, lo cual refleja miedo de la población carcelaria y desinformación, planteó un especialista.
El voto de internos que no han recibido sentencia es un hecho histórico en la capital, pues se realizará por primera vez y se llevará a cabo de manera anticipada a partir del 6 de mayo en siete penales varoniles y femeniles.
Sin embargo, las condiciones de las cárceles en el país no son las adecuadas e incluso llegan a ser espacios no controlados, consideró José Antonio Carrera, profesor del Departamento de Sociología de la UAM.
El Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) llevó a cabo talleres en los penales para que los internos se inscribieran en una lista nominal y recibieran información de los candidatos.
Pero Carrera expuso que esa tarea la tuvo que haber hecho personal especializado, pues al final lo realizaron trabajadores del área de Educación Cívica del IECM, producto del recorte presupuestal que registró la dependencia.
“De acuerdo con el último informe de los penales en el país que hizo la CNDH, hay otros factores que están ahí adentro, hay fuerzas, llamémosle por su nombre, el narcotráfico”.
“Grupos criminales importantes que pueden estar, de alguna forma, amedrentando a la población del propio penal para no votar, para votar por alguna fuerza”, dijo el docente en entrevista.
Aunque destacó la cantidad de internos que sí podrán sufragar, advirtió que la cifra también refleja temor de la población carcelaria.
“Llegamos poco preparados, o sea, llega poco preparado el IECM como institución y llegamos poco preparados como país y como sistema electoral”.
“Yo creo que sí es un logro; creo que tiene que ver con la desinformación que hay, con los propios miedos de las personas que están en prisión preventiva”, remarcó.
Bernardo Valle, consejero del IECM, explicó que uno de los motivos por el que los internos no se inscribieron en la lista nominal fue debido a que tenían la expectativa de no recibir una sentencia y poder votar fuera de la cárcel.
“Es buena cifra la que tenemos porque, primero, finalmente se registró la persona que quiso registrarse”.
“Segundo, que les preocupaba a las personas que estaban en prisión preventiva que si se inscribían en la lista nominal de electores del voto en prisión, iban a ser excluidos automáticamente de la lista nominal de electores del exterior”, apuntó.