Ciudad de México.- Margarita Ortega, mamá de Camila, la pequeña que murió a manos de sus plagiarios en Taxco, Guerrero, lamentó ayer que confió en las personas equivocadas al permitir que su hija fuera a la casa de Ana Rosa Díaz.
“No es mi culpa, yo siempre he cuidado a mi hija, no sólo tengo una, tengo tres. No es mi culpa, yo siempre estuve al pendiente de ella, y la gente que me conoce lo sabe.
“Simplemente confié en su amiga, no es la primera vez que va a jugar con ella, incluso la niña también iba a mi casa muchas veces, mi niña la quería”, dijo Ortega a medios.
En la víspera, Doroteo Eugenio Vázquez, secretario de Seguridad Ciudadana de Taxco, aseguró que en el caso existió una falta de supervisión por parte de la madre a su hija.
“El único pecado de mi niña fue creer en esa niña y hasta en la mamá (…). Confié en las personas equivocadas porque me dieron una cara diferente también a mi”, reprochó.
Ortega lamentó el linchamiento de Ana Rosa, quien murió después de la golpiza que le propinaron los pobladores el pasado jueves, y que hubiera preferido que recibiera su castigo en prisión.
Mientras tanto, la Fiscalía de Guerrero aseguró la casa donde Díaz y dos de sus hijos fueron sacados a la fuerza por su presunta responsabilidad en el secuestro y asesinato de Camila.
En el inmueble, ubicado en la calle 2 de El Chorrito del barrio La Florida, estuvo Camila el miércoles 27 jugando con la hija de Ana Rosa. Afuera quedaron tablas y palos con sangre tirados.