Mérida.- El Xóchibus dejaba territorio campechano y apenas se incorporaba a la autopista hacia Mérida, Yucatán, a baja velocidad, cuando un grupo de agentes de la Guardia Nacional que estaba en la intersección le toma fotos a la unidad rotulada.
A bordo del camión, que estrena, Xóchitl toma las cosas con filosofía: “Ya me acostumbré a esta idea del Gobierno de seguir revisando, espiando a los candidatos. Pero sí, es cosa de todos los días: lugar donde llego, la Guardia Nacional me fotografía”, repone.
Llama la atención del Xóchibus el rotulado rosa, pero la abanderada opositora anda por el país con lo indispensable. Los tres partidos que la postulan apenas y le están echando la mano con el gasto de campaña.
Xóchitl se mueve con lo indispensable, prácticamente. Ya anda con la idea de pedir a sus simpatizantes una cooperacha para reforzar la campaña, sobre todo con espectaculares.
“Necesito decirle a los partidos qué posibilidades hay de que se amplíe la aportación por parte de ellos. Lo que estamos buscando es hacer una campaña de colecta para que los ciudadanos aporten a mi campaña”, relata
El aniversario
Mientras en la Ciudad de México, al calor de la efeméride de la Expropiación Petrolera, Claudia Sheinbaum se granjea el respaldo de Cuauhtémoc Cárdenas, en Progreso, Yucatán, Xóchitl Gálvez visitaba un parque eólico en compañía del candidato a Gobernador, el panista Renán Barrera.
“Mi reconocimiento al General Lázaro Cárdenas, pero no podemos quedarnos a vivir de la gloria de Pemex”, plantea. Revela que sus creativos ya le habían propuesto llamar a Pemex, Petróleo, Energías Mexicanas.
“O nos subimos al tren del desarrollo o nos quedamos fuera. El mundo no se va a esperar a ver si México quiere entrar o no a la transición energética”, advierte.
Antes, en Ciudad del Carmen, Campeche, Xóchitl carga contra el presidente López Obrador por auspiciar un negocio “familiar” en Pemex.
La hidalguense se compromete a acabar con el espinoso asunto del pago a proveedores de Petróleos Mexicanos, que sangra a cientos de empresarios.
“¿Primero los pobres? ¡Mangos! ¡Primero los López!”, reitera la candidata, fiel a su estilo.
Bajo un calor sofocante, Xóchitl cierra su incursión por tierras del sureste en un polvoriento estadio de béisbol en Ticul, municipio a 85 kilómetros de Mérida, tapizado de propaganda de Renán Barrera, y donde la gente le dijo a gritos que paga entre seis mil y ocho mil por el recibo de la luz.
“Bueno, pues hoy he anunciado que les vamos a dar, oigan bien, 5 millones de los créditos para que pongan celdas solares”, ofrece Gálvez.
Sus simpatizantes celebran la promesa con aplausos.
“Y con lo que ahorren, una mitad va a ser para ustedes y la otra mitad para pagar el crédito a diez años. ¿Les gusta?”, agrega.