Antes de bajar las cortinas para siempre, los negocios y restaurantes de la CDMX intentarán sobrevivir al desastre de la pandemia y falta de apoyos gubernamentales, sacando las mesas y sillas a las banquetas como dispuso la autoridad sanitaria para evitar que sigan creciendo los contagios.

Más de 135 mil negocios principalmente pequeños y medianos bajaron las cortinas.El pago de renta, salarios e impuestos, asfixia la contabilidad de las pequeñas empresas que aún no cierran, pero que, venían tronándose los dedos por la crisis económica mundial de 2019. Estás pequeñas y medianas empresas podrían recibir el tiro de gracia sino levantan las ventas en los próximos meses.

El grito de auxilio para salvar del COVID19 a los negocios históricos, legendarios e iconos de la ciudad, apenas dio para permitirles sacar el mobiliario de los restaurantes a la calle a la falta de apoyos económicos, estímulos fiscales o créditos accesibles, solo podrán los empresarios adornar con guacales y macetas las banquetas para que los comensales se sientan a gusto a comer, las siguientes semanas o quizás meses mientras no cambie el aterrador panorama del COVID19.

Y siendo las cosas así los empleados piden a las autoridades sanitarias y de la CDMX extender los horarios.

“Estamos trabajando afuera pero realmente ahorita es muy poca la gente la que viene a visitarnos y pues la verdad, cumplimos con todos los requisitos y medidas sanitarias (…) Lo que queremos es que nos dejen trabajar contamos con todos los requisitos, que nos extiendan el horario, es muy poco hasta las seis de la tarde, la verdad uno se está dedicando a esto, nosotros somos un lugar donde normalmente trabajamos de las tres de la tarde en adelante; así que a las seis de la tarde es muy poco”.

Negocios históricos, heredados de generación en generación, tendrán a partir de mañana un respiro porque cerca de 60 mil unidades económicas de diversos giros, mayormente restaurantes podrán recibir a la clientela a las afueras de los establecimientos. Las autoridades han sido muy claras “cero tolerancia, para quienes no cumplan con los protocolos sanitarios” pero ¿serán también tan inflexibles con los negocios de comida en la vía pública ? Pregunta Gerardo López del Consejo Nacional para el Desarrollo del Comercio en Pequeño.

”Lo que hemos dicho es que los establecimientos mercantiles que han cuidado los protocolos, que han cuidado los reglamentos tanto de San indización como de protección civil se conviertan en espacios seguros en donde la ciudadanía puede acudir, es más riesgoso y lo tengo que decir de esta manera, comer en el tianguis, comer en el tianguis que se establece un día a la semana en donde con muchas dificultades se cumplen los protocolos de Sanitizacion, los establecimientos mercantiles son más seguros”.

Por su parte Eduardo Daniel Contreras Pérez presidente del comercio en pequeño de la CDMX dijo que en medio del semáforo rojo y ningún tipo de apoyo económico que los salve, al menos más de 370 mil trabajadores tendrán a partir de este martes una esperanza de ver la luz al final del túnel, porque podrán regresar a trabajar.

”Estamos hablando de negocio de promedio cinco empleados que tuvieron que cerrar cambiar de giro o desafortunadamente lo que estamos viendo un incremento a la informalidad 138,000 empresas fueron las que se vieron afectadas en el mes de marzo a la fecha en la ciudad de México lo que pretendemos o lo que se pretende ahorita es poder salvar a las empresas que están ya en riesgo latente de cerrar, y poder recuperar a las más que hayan cerrado o que hayan ido a la informalidad”.

SITUACIÓN PEQUEÑOS NEGOCIOS.

El 80% de los pequeños comercios rentan el inmueble y presentan al menos un adeudo de tres o cuatro meses, así como ventas menores al 20%. De acuerdo al Consejo Nacional para el Desarrollo del Comercio en Pequeño, tras nueve meses de paralización 50,000 negocios de este tipo estarían en riesgo de cerrar definitivamente.

El impacto económico de este sector podría alcanzar los 30,000 millones de pesos (mdp) para la Zona Metropolitana del Valle de México. Los negocios abiertos enfrentan una deuda de 150,000 pesos en rentas, además de los adeudos con proveedores.