Varias horas antes del derrumbe del escenario donde tenía lugar el mitin electoral que acabó en tragedia con nueve muertos, el servicio meteorológico mexicano ya había emitido varias advertencias sobre la posibilidad de fuertes vientos en ese estado del norte de México. El evento político —que iba a continuar con un concierto— se realizó de todos modos.
No se canceló el mitin al aire libre que tuvo lugar el miércoles por la noche en San Pedro Garza García, un suburbio de la ciudad norteña de Monterrey. Quienes participaron en él sólo tuvieron unos segundos para reaccionar cuando la estructura del escenario, la iluminación y una pantalla gigante se vinieron abajo.
Nueve personas murieron y más de cien resultaron heridas.
Minutos después del suceso, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, pidió a la población mantenerse resguardados. Pero para muchos, esa advertencia llegaba tarde.
“Lo de ayer nos cogió por sorpresa”, dijo el jueves, un día después del accidente. “Ni siquiera se había pronosticado una tormenta en la ciudad”, declaró.
No era cierto.
El Servicio Meteorológico Nacional de México había emitido un boletín a las 13:13 —más de seis horas antes del accidente— advirtiendo de ráfagas de viento de hasta 70 kilómetros por hora en la zona que “podrían originar la caída de árboles y anuncios publicitarios”.
En torno a hora y media antes del mitin, advertían de “fuertes lluvias” y “viento de componente sur con rachas de 50 a 70 kilómetros por hora con condiciones para la formación de torbellinos o tornados”.
Las únicas alertas que emitió el servicio de Protección Civil de Nuevo León en sus redes sociales antes del incidente fueron por la ola de calor.
El partido Movimiento Ciudadano que organizó el mitin no respondió inmediatamente a las preguntas sobre por qué no cancelaron el acto o evacuaron a la multitud de antemano. Tampoco hubo una respuesta inmediata por parte de Protección Civil de Nuevo León.
El accidente está bajo investigación de las autoridades del estado.
Jon Porter, meteorólogo jefe de AccuWeather, una empresa privada de previsión meteorológica, explicó que los escenarios exteriores son vulnerables a vientos de tan sólo 56 kilómetros por hora.
Según dijo, el análisis del radar y otras observaciones satelitales sugieren que los vientos en la zona de Monterrey probablemente alcanzaron alrededor de los 80 kilómetros por hora y esa fuerza “crea riesgos de seguridad especiales en escenarios elevados”.
Por eso, consideró que éste es el tipo de situaciones que “no deberían haber sido una sorpresa” porque había fuertes tormentas eléctricas acercándose y ese tipo de eventos “son bien conocidos por producir fuertes ráfagas de viento”.
En su opinión, la del miércoles fue otra “catástrofe que podría haberse evitado” mejorando la evaluación para mitigar riesgos. “Se puede evacuar el lugar de forma proactiva y trasladar a la gente a un refugio seguro antes de la llegada de los vientos racheados”, indicó.
Porter dijo que su empresa había estado enviando alertas especiales a las empresas de la zona suscritas al servicio de AccuWeather 35 minutos antes de que los vientos llegaran a esa área.
Monterrey es considerada la capital industrial de México y San Pedro Garza García es un municipio residencial de clase alta contiguo a la ciudad.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que el accidente no era culpa del partido que, como todos en la campaña electoral, estaba celebrando un mitin.
Los peligros de los escenarios al aire libre con vientos fuertes son conocidos desde hace tiempo. En Estados Unidos, el derrumbe de un escenario similar mató a siete personas en la Feria Estatal de Indiana en 2011 y provocó un cambio entre los operadores de recintos al aire libre.
“Fue un momento decisivo”, dijo Porter. “La gente entendió lo rápido que algo puede ir mal y cómo eso puede costar vidas en cuestión de segundos”.