Monterrey, Nuevo León.- Además de la sequía y la falta de apoyos económicos del Gobierno federal, los productores de maíz y otros granos básicos, así como de hortalizas y frutas, enfrentarán la prohibición del glifosato a partir del próximo 1 de abril, es decir, en una semana.
Aunque es el herbicida más popular a nivel mundial y sus licencias de uso acaban de ser renovadas en Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, donde se le realizaron exhaustivas pruebas que descartaron riesgos para la población, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió en diciembre del 2020 un decreto para prohibir su importación y producción a partir de este año.
Agricultores y especialistas advirtieron que no hay una alternativa al glifosato y que su prohibición amenaza la producción de granos, cuyas importaciones han llegado a niveles récord en el actual sexenio, que había ofrecido aumentar al autosuficiencia.
El éxito del glifosato se debe a que es un herbicida económico, altamente eficiente contra la maleza y que no daña las cosechas.
El producto fue lanzado en Estados Unidos a principios de la década de los 70 y desde entonces su uso se extendió en todo el planeta y en México, donde lleva décadas utilizándose.
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (Umffaac) pidieron al Gobierno federal dar marcha atrás al decreto hasta que existan alternativas de herbicidas económicos y eficientes, algo que prometió la autoridad y no ha cumplido.
“Esa prohibición”, advirtió Rogelio García-Moreno, vicepresidente del CNA, “será un duro golpe para la producción nacional de maíz, granos en general, como el frijol, trigos, hortalizas, cítricos, caña de azúcar y a todo cultivo donde crece la maleza”.