Con un funeral masivo, los campesinos del pueblo de Jawdara despidieron este sábado a las víctimas del ataque provocado con explosivos a una mezquita humilde del pueblo remoto del este de Afganistán ocurrido el viernes, mientras el número de muertos aumentó a 65.
“Casi todos los cadáveres fueron sepultados en fosas comunes hasta ayer por la noche en la aldea, pero quedaron más cadáveres que han comenzado a ser enterrados hoy”, dijo a Efe el miembro del consejo provincial, Suhrab Qaderi.
El ataque ocurrió a primera hora de la tarde del viernes en el pueblo de Jawdara, próximo a la frontera paquistaní en la provincia de Nangarhar.
En la mezquita se encontraban cientos de campesinos y niños que se habían congregado para el rezo del viernes.
El portavoz de la Policía de la provincia, Mubariz Atal, indicó a Efe que “65 personas murieron en las explosiones”, según la información recabada hasta el momento.
Sin embargo, Qaderi aseguró que los campesinos hallaron 69 cadáveres entre las ruinas de la mezquita destruida.
“Los aldeanos recuperaron 69 cadáveres de las ruinas de la mezquita con la ayuda de una excavadora hasta tarde en la noche”, dijo el miembro del consejo.
Hay además un número incierto de personas desaparecidas que, dijo, no está claro si están entre los muertos o heridos.
De acuerdo al portavoz de la Dirección de Salud Pública de Nangarhar, Zahir Adil, el balance oficial confirmó que los centros de atención han recibido a 57 personas lesionadas.
“Después del tratamiento, todas las personas heridas fueron dadas de alta de los hospitales y solo dos de las 57 víctimas aún permanecen en el hospital”, dijo a Efe Adil.
La Policía continúa con las investigaciones para determinar si las dos explosiones ocurridas en el atentado fueron provocadas por artefactos colocados en la mezquita o si estaban adheridas a los cuerpos de atacantes suicidas.
“Todavía no sabemos qué grupo insurgente estuvo detrás del ataque”, dijo el portavoz de la policía de la provincia.
Jawdara es un poblado rural que hasta hace dos años se encontraba bajo el control del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y donde también han estado activo los talibanes.
Aunque ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado, los talibanes se desvincularon y condenaron el ataque.
Los ataques contra mezquitas no son nuevos en Afganistán, como el ocurrido en agosto del año pasado contra un lugar de culto de la minoría chií hazara que causó al menos 30 muertos.