Ciudad de México.- Los recuerdos con la imagen del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se venden como camisetas en un concierto de Taylor Swift.
Frente al palacio presidencial de México, multitudes, principalmente de mexicanos, se agolpan alrededor de un puesto que vende muñecos de felpa parlantes, aretes, sandalias de plástico, calcomanías, sombreros, tazas, encendedores e incluso libros para colorear con el rostro del mandatario de 70 años de edad.
El populista López Obrador, mejor conocido por sus iniciales AMLO, ha tenido desde hace mucho tiempo seguidores apasionados, pero se ha convertido en una figura de proporciones épicas en la política mexicana tras gobernar a la nación durante casi seis años.
Ahora, a pesar de no ser elegible para una reelección en las próximas elecciones del 2 de junio, el nacionalista ocupa un lugar más importante que cualquiera de los candidatos que compiten por el timón del gobierno de México.
“López Obrador va a estar sin estar en la boleta electoral en junio”, dijo Carlos Pérez Ricart, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) de México. “Para bien y para mal, ha logrado hacer que toda la política nacional gira alrededor de él”.
Armando Monter, seguidor de López Obrador durante 17 años, abrió su puesto de recuerdos hace tres meses en el centro de la Ciudad de México, y únicamente vendía algunos muñecos y llaveros.
“Era muy, muy poquito, pero después la gente se empezó a interesar más y más”, comentó Monter. Ahora, “prácticamente todo se vende porque la imagen del presidente es muy querida”.
Mientras Claudia Sheinbaum —la favorita a la presidencia y aliada de López Obrador— intenta imitar al presidente, su competidora más cercana, Xóchitl Gálvez, ha tratado de presentarlo como villano desde su posición rezagada en las encuestas.
López Obrador ha sido parte de la política nacional de México durante décadas y ganó protagonismo en 2006 cuando perdió por un estrecho margen la elección presidencial, que, insiste, le fue robada. En 2018, logró la victoria y expulsó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de la presidencia.
A pesar de enfrentar una serie de controversias y altos niveles de violencia en el país durante su gobierno, López Obrador es adorado por muchos, como Carmen Andrade, una vendedora informal de 56 años de edad y originaria del cercano estado de Morelos.
Andrade viajó el jueves tres horas en autobús hacia la Ciudad de México, sólo para comprar un pequeño muñeco de 8 dólares con una apariencia caricaturizada de López Obrador para su casa. Dijo que el viaje valió la pena porque él dejará el cargo y quería algo para recordarlo.
López Obrador se ha enfocado en los votantes de clase trabajadora como ningún otro mandatario mexicano reciente lo ha hecho, y su popularidad se vio favorecida por la sólida economía del país.
Habla cándidamente y ha impulsado programas sociales, aumentó el salario mínimo y propuso amplias reformas a las pensiones. En los primeros cuatro años de su presidencia, el gobierno de México dijo que 5 millones de personas salieron de la pobreza.
“Es mi abuelo… Todos lo queremos”, dijo Andrade, pegando el muñeco a su pecho. “El hecho de que nada más haya puesto el ojo en la gente pobre y en los viejitos, en los adultos mayores. Con eso, quitó a un lado a todos los demás presidentes que nada más pensaban en ellos”.
López Obrador cierra su presidencia con altos índices de aprobación: casi siete de cada 10 mexicanos aprueban su gobierno. Ese es un marcado contraste con los gobiernos anteriores: su predecesor terminó su mandato con apenas un 20% de aprobación tras oleadas de escándalos de corrupción.
“Ha logrado conectar con clases populares que se sintieron muy descartadas”, dijo Pérez Ricart. “Habla como ellos, se ve como ellos. Y eso le ha ganado un alto grado de legitimidad”.
Andrade, quien planeaba viajar otras tres horas a casa esa noche, dijo que habría comprado otro muñeco para cada habitación de su casa si hubiera tenido el dinero.
En las próximas elecciones, Andrade planea votar por la favorita Sheinbaum, de quien dijo que “lleva la escuela” de López Obrador como candidata de Morena, el partido político del presidente.
Entre la mercancía de López Obrador en el puesto de Monter había un número creciente de muñecos, imanes y llaveros con el rostro de Sheinbaum.
Monter dijo que nunca había visto mercancía de ningún presidente mexicano hasta López Obrador. Durante el último mes, agregó, cada vez más clientes pidieron recuerdos de Sheinbaum, quien está en camino a convertirse en la primera mujer que ocupa la presidencia de México.
Sheinbaum es considerada en gran medida como una continuación de López Obrador y lidera las encuestas recientes por un amplio margen. Se ha vinculado estrechamente a su mentor y aparece junto a él en vallas publicitarias de campaña e imita su tono y plataformas políticas.
“Mucho ha cambiado en estos seis años”, dijo Sheinbaum en su lanzamiento oficial de campaña, enumerando decenas de logros de López Obrador. “Les pregunto, ¿se siente la transformación el el país?… Vamos a seguir con la transformación”.
López Obrador le ha dado todo su apoyo a Sheinbaum, hasta el punto que las autoridades electorales le pidieron al mandatario que se abstuviera de comentar sobre las elecciones. Lo que queda por ver es si seguirá ejerciendo el poder en el gobierno entrante en caso de un triunfo de Sheinbaum, aunque ha dicho que se retirará de la política.
Aun así, muchos votantes están cada vez más descontentos con algunos cambios bajo el liderazgo del populista. La violencia de los cárteles ha alcanzado nuevos extremos en todo el país, López Obrador ha atacado a críticos y periodistas y ha llevado a cabo reformas electorales que, según un funcionario, podrían terminar envenenando a la democracia misma.
El mes pasado, decenas de miles de mexicanos salieron a las calles para criticar al presidente en la que llamaron una “marcha por la democracia”. Los partidos de oposición se aferraron a los fracasos percibidos del mandatario, y la candidata presidencial Gálvez centra gran parte de su campaña presidencial en criticar a AMLO.
“La oposición a López Obrador vive de López Obrador”, dijo Pérez Ricart. “No sé qué van a hacer ellos cuando no esté López Obrador”.
Muchos partidarios del presidente que planean votar por Sheinbaum dijeron que han perdido parte de su entusiasmo por el líder debido al derramamiento de sangre y sus ataques a periodistas.
A pesar de ello, Andrade, quien sonreía mientras sostenía su muñeco con la imagen caricaturizada de López Obrador, se apresuró a defender al político. “Él hace lo que puede y ha hecho las cosas lo mejor que ha podido. Siempre va a haber quien lo juzgue”, comentó.
Mientras Andrade se alejaba del puesto repleto de clientes que intercambiaban pesos por imágenes del presidente, añadió: “Me voy feliz”.