En febrero de 1988, José Luis Hernández, compró un predio de dos mil 490 metros cuadrados, ubicado en el lote número 12, manzana 60, de la colonia San Juan y Guadalupe Ticomán, en la alcaldía Gustavo A. Madero.

No me han dado un centavo, vinieron, lo invadieron, metieron maquinaria, empezaron a construir, bum, bum, bum, cuando me invadió era Raymundo Collins, porque él era el cabeza grande de todo el INVI”, aseguró José Luis Hernández Pérez, víctima de despojo del Instituto de Vivienda de la CDMX.

Don José Luis asegura tener toda su documentación en regla: contrato de compra, constancia de alineamiento y número oficial, así como inscripción de la cuenta catastral en el registro público de la propiedad.

El terreno tiene dos frentes: uno, sobre avenida Acueducto número 804 y otro en avenida Río de los Remedios 376, en el plano manzanero de Seduvi aparece tal como lo compró José Luis, así como su número de catastro, en el plano de la Dirección General de Patrimonio Inmobiliario, de la Secretaría de Finanzas.

En julio de 2017, don José Luis acordó con la asociación civil ‘Tepito ya no se deja’ la venta de su predio, en 12 millones 450 mil pesos, esta organización solicitó al INVI apoyo para comprar el suelo y edificar 150 viviendas para madres solteras y personas de bajos recursos.

Cuando llegó el INVI a querer hacer el trato conmigo, quedamos en que la asociación ‘Tepito no se deja’ y el mismo Instituto iban a poner un 50% y un 50% para pagármelo, entonces ya habíamos hecho un papel para que el INVI me pagara”, afirmó don José Luis.

José Luis y la organización ‘Tepito ya no se deja’, entregaron a funcionarios del INVI toda la documentación del terreno y, durante ocho meses, realizaron todos los trámites que les pidieron.

Sin embargo, los departamentos no eran para la asociación ‘Tepito ya no se deja’, sino para otro grupo llamado ‘Mujeres por la equidad y desarrollo social A.C’, de Teresa Solís García y su esposo, Agustín Chaparro Mata, ambos también forman parte de la ‘Unión popular Benita Galeana’, beneficiada con cientos de viviendas del INVI, que ofrecen predios en diversas alcaldías de la Ciudad de México.

En ese momento, el INVI argumentó que el predio le pertenecía, así lo dijo el entonces director, Raymundo Collins.

Desde 1999, nosotros compramos ese terreno”, sostuvo en marzo de 2018 Raymundo Collins, exdirector general de INVI.

Además, aseguró que el predio lo había comprado la ‘Unión popular Benita Galeana’.

Es la señora Teresa Solís de la organización Benita Galeana”, agregó Collins.

Inmediatamente, después de que lo despojaron de su predio, don José Luis interpuso una denuncia ante la Procuraduría capitalina.

No tienen con que acreditar la propiedad, lo acreditan con documentos apócrifos”, don José Luis.

En Punto obtuvo copias de las escrituras con las que el INVI busca acreditar que el terreno le pertenece, dice que lo adquirió a través de un fideicomiso a Graciela Rojas Soto, en enero de 1999, es decir, tres meses después de que se publicó el decreto de la creación del Instituto de la Vivienda.

Las escrituras señalan que el predio colinda con una propiedad privada y un callejón público, sin embargo, imágenes históricas satelitales muestran que hace 21 años, cuando el INVI, supuestamente, compró no existía ningún callejón y era difícil el acceso al predio.

Qué me paguen y que le cumplan a la asociación con quienes hicieron el trato porque no se vale que ese señor Collins esté gozando de todo el poder político que ha de tener, o tenía, que se le castigue y que le decomisen todo lo que se ha robado”, exhortó don José Luis.