La última sesión del Instituto Nacional Electoral (INE) previo a la elección del 2 de junio cerró con acusaciones entre las dos coaliciones por la violencia y los asesinatos de aspirantes durante las campañas proselitistas.
El frente integrado por PAN, PRD y PRI acusó de indolencia a Morena y sus aliados PVEM y PT, por no demandar más seguridad al Gobierno federal y a sus gobernadores pese a los 17 candidatos asesinados.
La coalición opositora perdió a su vez 9 aspirantes y Movimiento Ciudadano a 2, según el recuento presentado en la sesión.
En respuesta, los partidos de la 4T acusaron a sus opositores de usar la violencia para pretender anular la elección o ganar votos.
Y otra vez, ambas coaliciones compitieron por ver quién tiene entre sus filas a más candidatos o liderazgos acusados de lazos con el crimen organizado.
“Aquí estamos viendo el enorme nivel de sumisión y de abyección que tienen, han asesinado 17 candidatos de sus partidos y no son capaces de alzar la voz para pedir y exigir seguridad”, lanzó el perredista Ángel Ávila.
Los representantes de Oposición acusaron que este proceso electoral no sólo estuvo marcado por la injerencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador y las trampas de la 4T, sino también por la violencia.
Además, insistieron, las campañas se desarrollaron en medio de atentados, amenazas, secuestros y renuncias de candidatos por miedo, sin que el INE interviniera para elaborar un mapa de riesgo y acciones más determinantes para que los ciudadanos salgan a votar en paz.
Advirtieron que existe incertidumbre sobre la situación que privará en aquellas secciones electorales con alta violencia o presencia del crimen organizado.
El Consejo General rechazó la petición del Frente para atraer la elección de estados donde la violencia es alta.