Empresas estadounidenses están retrasando sus planes de inversión en México en medio de preocupaciones y análisis de cómo una reestructuración del sistema judicial del País afectaría sus negocios, de acuerdo con el diario The Wall Street Journal.
La reforma impulsada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, una enmienda constitucional que se espera que se apruebe en próximos días, ha preocupado a los inversores extranjeros que temen que los jueces se vuelvan dependientes de los electores o de consideraciones políticas en lugar de la ley.
“Representantes y asesores de las compañías calculan que las firmas extranjeras están reteniendo unos 35 mil millones de dólares en proyectos de inversión en sectores que van desde la tecnología de la información y la fabricación de automóviles hasta los gasoductos y la infraestructura industrial por la incertidumbre relacionada con la reforma y las elecciones estadounidenses”, indicó el Journal.
“Esa cifra casi equivale a lo que México, mayor socio comercial de Washington, atrae en inversión extranjera directa en un año promedio. Recientemente, la mayor parte de esa inversión ha sido de empresas que reinvierten sus ganancias”.
De acuerdo con el Journal, lo que está en juego son otros 18 mil millones de dólares en inversiones privadas que México necesita para cubrir la creciente demanda de electricidad para uso industrial. La Suprema Corte del País bloqueó iniciativas que podrían haber perturbado el sector eléctrico de México en violación del T-MEC, pero algunos inversionistas temen que un nuevo tribunal electo las termine aprobando
“Es probable que aumenten los costosos arbitrajes internacionales sobre derechos de inversión a medida que las empresas intenten evitar los tribunales mexicanos. Los préstamos corporativos en México también se verían afectados debido a la incertidumbre, según los banqueros” agregó el diario.
La reforma, además, corre el riesgo de socavar las negociaciones para revisar el T-MEC en 2026, según Global Companies in Mexico, un grupo de altos ejecutivos de unas 60 empresas que operan en el País, entre las que se incluyen gigantes estadounidenses como AT&T, FedEx, 3M, PepsiCo, Honeywell International, Cargill, Visa, MetLife y General Motors.
Earl Anthony Wayne, ex Embajador de Estados Unidos en México, dijo que los ejecutivos estadounidenses le han dicho que están pausando las inversiones en México mientras esperan ver cómo se desarrolla la reforma judicial.
Agregó que a México le resultará difícil atraer la llamada inversión deslocalizada para competir con China, crear empleos y combatir la pobreza, si la reforma se aprueba como se espera.
“México va a recibir mucha atención negativa”, señaló Wayne, quien es miembro del Wilson Center, un grupo de expertos estadounidense.
Otro de los factores que hace que las empresas extranjeras se preocupen por trabajar en México es una eventual victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de Donald Trump, quien quiere imponer más aranceles a las importaciones.