Ciudad de México.- Desde la edición príncipe de 1878 del Códice Ramírez, las sucesivas ediciones se basaron en la paleografía del bibliófilo José Fernando Ramírez. Ahora, casi 150 años después, sale a la luz una nueva transcripción del manuscrito original.
Las historiadoras Clementina Battcock y Paloma Vargas trabajaron en la nueva versión de esta joya historiográfica rescatada por el intelectual liberal de la biblioteca del Convento Grande de San Francisco en 1856, por lo que en su honor lleva su nombre.
En El Códice Ramírez: Hallado, casi perdido, publicado (FCE/Conahcyt), las autoras entregan una edición crítica del documento cuyo nombre original se desconoce, pero al que se le puso un nombre arbitrario: Relación del origen de los indios que habitan esta Nueva España según sus historias.
“Es la primera vez que ustedes se van a topar con la edición completa con un estudio preliminar”, destacó Battcock el domingo durante la presentación de la nueva edición en el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).
En 1878, José María Vigil publicó la edición príncipe y primera versión completa del códice con la paleografía de Ramírez, cumpliendo de forma póstuma el deseo del erudito de publicarlo.
A regañadientes, Ramírez prestó sus servicios al Gobierno de Maximiliano de Habsburgo, y temeroso de sufrir represalias cuando el imperio cayó, se desterró en Bonn, Alemania, donde murió en 1871.
En el estudio preliminar, las investigadoras recopilan la historia editorial del documento para “hacer honor a quien honor merece”, pero sin perder de vista que en 2024 hay condiciones para presentar una nueva edición con un “nuevo enfoque filológico y una crítica textual de la fuente”.
“Las otras ediciones son parciales, no son totales, y también no consultaron el manuscrito original, cosa que nosotras sí tuvimos, gracias a la digitalización poder hacer la paleografía y hasta las anotaciones”, explicó Battcock.
La historiadora celebró que la presentación del libro haya sido en el Museo Nacional de Antropología, donde se ubica la Biblioteca Nacional de Arqueología e Historia en cuya bóveda de códices del Fondo Reservado es custodiado el manuscrito.
“La primera parte del estudio para nosotras fue muy importante porque no era solamente presentar una edición crítica con los criterios de transcripción, sino historizar al que lo halló, historizar al propio documento.
“Los documentos tienen una historia: quién lo hizo, por qué lo hizo, cuál fue la intencionalidad. Entonces por ahí también está nuestro aporte con esta edición”, destacó.
La primera parte del Códice está dividida en dos secciones: “La relación del origen de los indios que habitan esta Nueva España según sus historias”, que hace hincapié en la historia mexica y es protagonizada por los gobernantes de Tenochtitlan, sobre todo Tlacaélel, y el “Tratado de los ritos y ceremonias y dioses que en su gentilidad usaban los indios de esta Nueva España”.
“Por un lado, es el texto alfabético anotado con todas las palabras en castellano, con todas las palabras en náhuatl. Nos ubicamos nosotras dentro de la nueva filología, la nueva filología en el detalle; las palabras tienen un sentido.
“Algunas veces también marcamos que hay tachaduras, que hay enmiendas; qué es lo que está pasando en el texto”, agregó.
Además, por primera vez, recalcó, el Códice Ramírez se publica con la totalidad de las láminas originales digitalizadas, que no solamente narran “los diferentes huey tlatoque del México Tenochtitlan”, sino que presentan una “doble historia”: lo que se narra alfabéticamente y, por otro lado, un lenguaje pictórico.
Esta publicación es el primer producto del proyecto interinstitucional entre la Dirección de Estudios Históricos del INAH y el Tecnológico de Monterrey denominado “Desmembrando la Crónica X”.
De acuerdo con Battcock, el antropólogo estadounidense Robert Barlow, en 1945, postuló la existencia de un texto, denominado por él como “Crónica X”, del que derivaron una multiplicidad de fuentes con similitudes estructurales que dan cuenta del pasado prehispánico de la Cuenca de México.
En la nueva edición del Códice Ramírez, las autoras sugieren como una línea a explorar que la Crónica X no sea en realidad un solo documento, sino “un corpus completo y más complejo que además fue complementado por el saber de los indígenas novohispanos”.