El subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell Ramírez, denunció públicamente que el sistema Covax, que diseñó la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar que los países más pobres tuvieran acceso a las vacunas contra el covid-19, estuvo “muy dominado” por las reglas del mercado, porque los laboratorios fabricantes –quienes son los propietarios de las patentes– privilegiaron su negocio privado y se dedicaron principalmente a fabricar vacunas para venderlas a los gobiernos que habían contratado los biológicos.

“Esto es muy lamentable y queda como una lección aprendida muy profunda, de cómo los mecanismos internacionales, tanto del Sistema de Naciones Unidas como otros, tienen que mejorar para tener una verdadera filantropía, auténtica, honesta, sincera, profunda, que llegue a una mayor capacidad de acceso equitativo, en este caso no sólo a vacunas, sino también a otros bienes esenciales que tienen que ver con la salud pública”, advirtió el funcionario federal.

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